2006-01-19

beautiful

una jauría en celo correteó alrededor de tu falda mientras el pánico me atacaba. tú sonreías desquiciadamente y los pájaros nocturnos celebraban tu emoción. yo pensaba que la vida no podía ser así de injusta: un halo de excitación hizo que tu piel se erizara con el roce de los perros, mientras yo, atacado, sentía como las esposas del desamparo me amarraban las muñecas. no sé cómo pasó todo aquello. la intensidad era como una emoción que retorcía tus pensamientos y mi debilidad como una piedra que aplastaba a las hormigas. nunca más me dejaste volver a tocarte. el aliento desesperado de los perros me atacaba por las noches y no podía dejar de encontrar rabia y belleza en ese recuerdo. rabia porque me alejó de tí por los callejones del olvido. belleza porque ni los perros -ni los gatos- nocturnos permitirían jamás acabar con ese recuerdo de tu piel de terciopelo en nuestra primera y única noche. me siento poseído por Dios.

2 Comments:

Blogger Rana Berden said...

Qué buen recuerdo. Completamente trasnochador. Tengo uno así de hace dos noches que no se me sale de la cabeza.

(Te dejé una tarea en mi charco, a ver si me visitas).

12:32 a.m.  
Blogger Zinnia said...

te dejaron una tarea jorge...pero ya veo que no la has hecho...

9:30 p.m.  

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